El Dolor

Sensación dolorosa y desagradable, el dolor aparece de forma aguda o crónica. Es una señal enviada por el sistema nervioso, cuyo origen a veces es difícil de determinar. Cada vez más tenido en cuenta por los médicos, aún no ha revelado todos los misterios de su mecanismo.

Definición El
dolor, caracterizado por una sensación anormal y desagradable que se produce en una parte del cuerpo, es el resultado de la estimulación de las terminaciones nerviosas que transmiten una señal al cerebro por las células del sistema nervioso. Puede o no estar asociado con lesiones reales o potenciales, visibles o invisibles. Por tanto, aunque es fácil definir su ubicación, muchas veces es más difícil determinar la causa.

Diferentes tipos de dolor

Dependiendo de la transmisión de su señal, existen varios tipos de dolor:

Agudo

dolor agudo es un síntoma que es provocado por el sistema nervioso para alertar a todo el cuerpo de una anomalía, como una fractura de hueso en el brazo. El dolor que se siente indica la aparición de una lesión (el brazo roto). Tan pronto como se trata la lesión, desaparece.

Crónico

Esto es, por otro lado, persistente en el tiempo. Ha durado tres o incluso seis meses sin que se haya podido determinar con exactitud su causa. Se convierte en una patología en toda regla, que requiere ser tratada como tal.

Por exceso de «nocicepción», El dolor es el resultado de una estimulación excesiva de los receptores periféricos que transmiten una señal de dolor al cerebro a través del sistema nervioso. Es de lejos el más común; Corresponde a las dolencias habituales: golpes, quemaduras, dolores postoperatorios, inflamación, fracturas …

El síndrome de dolor neurogénico o neuropático es el resultado de una alteración en el propio sistema nervioso (nervios, médula espinal, cerebro) y no una lesión aparente.
Por su causa, estos dolores pueden ser muy debilitantes y muy difíciles de aliviar. Entre los dolores neurogénicos más famosos, podemos citar las neuropatías del herpes zóster y la diabetes, muy dolorosas, pero también las molestias menos graves debido a un hormigueo u hormigueo provocado por la neuralgia.

Psicogénico

Agrupamos bajo este término todos los dolores que no podemos clasificar en una de las categorías anteriores. Se trata de dolores sin lesiones aparentes y para los que, a pesar de una minuciosa valoración médica, no existe un motivo válido. Parece probable que sean el resultado de un malestar más moral que físico, incluso si son muy reales.

Medición
Por su propia naturaleza, el dolor no se puede cuantificar; sus sentimientos varían demasiado de un individuo a otro. Sin embargo, su evaluación sigue siendo fundamental para orientar la elección de los tratamientos.
Se utilizan varias escalas para evaluar el dolor crónico en adultos. Miden su intensidad, sus aspectos y su impacto en el comportamiento.

La escala analógica visual (EVA) es la más utilizada. Tiene la forma de una regla de 10 cm de largo con un deslizador que la persona varía según la intensidad del dolor.

Escalas verbales
En la autoevaluación validada y el cuestionario descriptivo, por supuesto, se adaptan a la capacidad del paciente para expresarse (niños, discapacitados físicos o ancianos).

Tratamientos

Existe una variedad muy amplia para luchar contra los diferentes tipos de dolor, a elegir según la intensidad del dolor.

Las terapias sin medicamentos (cirugía, acupuntura, relajación, etc.) son mucho menos comunes que las terapias con medicamentos que se describen a continuación. La descripción del dolor por parte del paciente puede ayudar a precisar su ubicación, tiempos, intensidad, qué lo empeora y qué lo alivia.

Medicamentos

Pertenecientes a la familia de los analgésicos, no tratan la causa del dolor pero eliminan la sensación (analgésicos). La OMS (Organización Mundial de la Salud) los ha clasificado en varias categorías según su capacidad para aliviar dolores de diversa gravedad.
• Nivel 1
Este grupo de medicamentos contiene analgésicos que no son morfina, como paracetamol, aspirina y medicamentos antiinflamatorios. Están indicados en casos de dolor leve a moderado y actúan principalmente sobre la parte lesionada. Cuando un tejido se daña, libera hormonas, como las prostaglandinas, que viajan a través del sistema nervioso hasta el cerebro para informarle sobre el lugar del dolor y su intensidad. Los analgésicos intervienen, corriente arriba, frenando la producción de hormonas. Estos, por tanto, ya no juegan su papel de mensajero, el cerebro no está advertido y, al final, la persona lesionada ya no siente el dolor. Un bien que puede agravar el mal en el caso de un esguince por ejemplo, cuando el paciente tiende a olvidar su estado y fuerza sobre su tobillo lesionado, agravando la lesión.
• Nivel 2
Esta categoría incluye agonistas de morfina débiles como la codeína. Estos fármacos están indicados en casos de dolor moderado a intenso o cuando el dolor es resistente a 2 o 3 gramos de analgésicos de nivel 1.
• Nivel 3
En este grupo se encuentran los agonistas fuertes de la morfina (morfina, petidina, dextromoramida) que se utilizan en dolores intensos, especialmente de origen canceroso. Bloquean la transmisión del mensaje doloroso impidiendo que llegue al cerebro, pero la conciencia del paciente también se verá alterada y el riesgo de adicción es muy alto.

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